“No es el mundo el que cambia, sino cómo lo miras.”
(Capítulo 9 — El Observador)
Una de las trampas más comunes en nuestra experiencia diaria
es confundir lo que vemos con lo que es.
Nuestra percepción tiende a convertirse en ley.
Nuestra opinión, en realidad.
Y sin darnos cuenta, vamos por la vida como si lo que sentimos fuera el centro del universo.
Pero la física —que no busca enseñarnos a vivir, sino a entender cómo funciona el universo— nos ofrece imágenes potentes.
No para tomarlas literalmente, sino para inspirar formas distintas de mirar.
Un ejemplo es el principio del observador en mecánica cuántica:
la idea de que una partícula puede comportarse de forma diferente si está siendo observada.
Eso no significa que nuestros estados emocionales alteren los electrones de una taza de café.
Pero sí que hay una metáfora poderosa en juego.
🔭 No digo que lo cuántico explique lo humano.
Digo que, al igual que en la física, la mirada transforma la experiencia.
Ese es el espíritu de Kairos & Chronos.
No pretendo probar teorías,
sino explorar analogías que revelen algo sobre cómo vivimos.
🌌 Cuando hablo de entropía para referirme al caos interior,
o de energía que no se destruye para hablar del duelo,
no estoy haciendo ciencia,
estoy sosteniendo un espejo poético.
Porque a veces, las leyes más abstractas del universo
pueden ayudarnos a nombrar lo innombrable,
a ver lo cotidiano con otros ojos,
y a vivir con un poco más de conciencia.
Como quien no quiere cambiar el mundo,
pero sí la forma en que lo mira.
Nos seguimos leyendo.
— Agus